La articulación entre los huesos astrágalo y escafoides del pie es muy importante en el soporte del peso y transmisión de las fuerzas al caminar. La convexidad de la cabeza del astrágalo se articula perfectamente en la concavidad recíproca del escafoides. Forma parte de la columna medial del pie.
Es una articulación con movilidad en todos los planos del espacio, flexión y extensión, rotaciones interna y externa, aducción y abducción. La amplitud de movimiento es pequeña, muy inferior en flexión y extensión a la presente en el tobillo. Sin embargo, es muy importante para los movimientos de inversión y eversión, que se realizan de forma combinada con la articulación subastragalina entre astrágalo y calcáneo.
La afectación por artrosis de la articulación Astrágalo Escafoidea es poco frecuente de forma aislada. Se ve con frecuencia en grado leve en pacientes con artrosis de otras articulaciones del pie y tobillo. La mayoría de los pacientes que presentan artrosis severa en esta localización presentan algo de deformidad (abultamiento) del dorso del pie, dolor al caminar y dificultad o imposibilidad para correr.
En algunos casos el origen de la artrosis Astrágalo Escafoidea es desconocido y nos referimos a ella como artrosis primaria. Cuando los cambios degenerativos se producen con el tiempo a raíz de un episodio traumático (fracturas u osteonecrosis del escafoides o del astrágalo) hablamos de artrosis secundaria postraumática.
El estudio de imagen con rayos X es suficiente para identificar el problema y confirmar el diagnóstico de la artrosis Astrágalo Escafoidea. Es recomendable la realización de radiografías dorsoplantar, lateral y oblicuas de los pies, las dos primeras proyecciones en carga.
Es de gran utilidad el estudio de Resonancia Magnética del pie para valorar en detalle los huesos afectados, los tendones circundantes, así como las otras articulaciones circundantes.
En los casos susceptibles de cirugía el scanner o TAC es de gran utilidad, obteniéndose en la actualidad reconstrucciones 3D de los huesos y articulaciones del pie.
Rx Lateral. Artrosis Astragalo-escafoidea
En las artrosis astrágalo escafoides leves y moderadas el tratamiento es conservador, recomendándose reposo relativo y caminar menos. Se puede hacer ejercicio en bicicleta o piscina.
La fisioterapia puede ayudar a fortalecer el pie y mantener la movilidad de las articulaciones. Los suplementos orales de condroprotectores pueden atenuar los síntomas o disminuir la velocidad a la que avanza el deterioro articular.
Una ortesis plantar personalizada puede ser necesaria para soportar el arco interno y disminuir el desplazamiento interno y plantar de la cabeza del astrágalo.
Las infiltraciones con corticoides pueden disminuir el dolor y en fases agudas de la artrosis astrágalo escafoideas pueden estar recomendadas. La infiltración con ácido hialurónico puede ser efectiva sobre todo en fases iniciales para mejorar las molestias y frenar la evolución. La dificultad en cualquier tipo de infiltración en esta articulación es el poco espacio articular, de modo que el volumen que puede introducirse es muy reducido. Inyecciones periarticulares de colágeno o de medicamentos biorreguladores pueden ser también efectivas en la mejoría sintomática.
En los casos severos que suelen ser los que acuden a la consulta, si el tratamiento conservador anteriormente descrito no es eficaz en el control del dolor recomendamos la cirugía que consiste en la artrodesis astragaloescafoidea. Es una técnica definitiva que fija la articulación anquilosada ya y dolorosa, mejorando la funcionalidad del pie, aún a pesar de la pérdida de movilidad de inversión y eversión, que puede notarse más al caminar en terrenos irregulares, pero que no es demasiado relevante en la vida urbana.
La artrodesis se realiza con tornillos especiales o sistemas que incluyen dos tornillos cruzados. Habitualmente se inmoviliza con una férula de yeso 2-3 semanas y posteriormente se utiliza una bota de marcha (walker) que se puede quitar para aseo y dormir.
Este periodo de descarga parcial dura unas 6-8 semanas. La carga se hace de forma progresiva y se recupera la vida habitual en torno al tercer mes cuando existe la consolidación de la artrodesis, que en ocasiones se alarga hasta el sexto mes o más.
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