Cirugía de Pie y Tobillo | Artrosis

Artrosis

La Artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Básicamente consiste en la pérdida del cartílago articular, la formación de osteofitos (picos de hueso) y la deformación de la articulación. El cartílago hialino es una capa de unos milímetros de un tejido conectivo especializado en absorber carga mecánica y favorecer el deslizamiento de un hueso sobre otro.

 

Existen factores desencadenantes de la artrosis, como un traumatismo, la inestabilidad o la sobrecarga mecánica de la articulación. También existe una predisposición genética a padecerla. Una vez comienza el proceso, la progresión del desgaste es difícil de frenar y avanza con los años.

 

La progresión del desgaste es difícil de frenar, por eso a medida que se envejece la proporción de pacientes con artrosis aumenta.

Artrosis Subastragalina

La Articulación Subastragalina del pie se localiza por debajo del tobillo, entre los huesos astrágalo y calcáneo.

 

La región más afectada por la artrosis es la subastragalina posterior.

 

La articulación subastragalina realiza pequeños movimientos del pie que favorecen la rotación y el giro del pie con respecto al tobillo, favoreciendo el caminar por sitios irregulares y adaptarse mejor a cualquier terreno. Estos movimientos combinados son los de eversión e inversión y se ven disminuidos con el avance de la artrosis subastragalina.

Síntomas de la Artrosis Subastragalina

El dolor es el síntoma frecuente de consulta por artrosis subastragalina.

 

La mayoría de las veces se acude a consulta cuando el desgaste es importante. Existe dificultad para caminar y dolor sobre todo en la parte lateral y posterior del pie, por debajo del maléolo externo del tobillo.

 

La causa más frecuente de artrosis precoz de esta articulación es una fractura del calcáneo previa. Otras causas son las lesiones ligamentosas y las deformidades del pie que provocan una sobrecarga mecánica en la misma.

Tratamiento de la Artrosis Subastragalina

Las medidas conservadoras pueden ralentizar la progresión de la artrosis subastragalina.

 

Los consejos pasan inevitablemente por la modificación de la actividad. Se desaconseja caminar mucho o por terreno irregular, correr o saltar. El ejercicio en piscina, la musculación y la bicicleta son muy recomendables para mantener la movilidad y la fuerza. Además, si existe sobrepeso debe iniciarse una dieta de adelgazamiento.

 

En la artrosis de la articulación subastragalina, los suplementos nutricionales y condroprotectores solamente podrían ayudar en estadíos muy iniciales. En éstos también puede mejorar los síntomas la infiltración intraarticular con Ácido Hialurónico u otros suplementos viscosos.

 

Cuando el paciente no puede realizar una vida normal y el dolor es incapacitante, es el momento de plantear la intervención quirúrgica.

 

La Artroscopia Subastragalina puede utilizarse en casos no muy severos para retirar los osteofitos, además de realizar una sinovectomía (quitar la sinovial inflamada) y regularizar la superficie de cartílago irregular. Es una intervención ambulatoria y mínimamente invasiva que no cierra puertas a otras intervenciones mayores, pero de la que no debe esperarse una resolución completa de los síntomas sino solamente una mejoría parcial.

 

Es difícil el acceso a toda la articulación debido a la distracción que se requiere, debiendo utilizar instrumental pequeño.

 

En los pacientes con artrosis subastragalina severa la técnica quirúrgica de elección sigue siendo la Artrodesis Subastragalina, es decir, la fijación de la articulación. No existen prótesis que podamos utilizar en esta articulación. El resultado de la artrodesis es muy bueno para quitar dolor, pero se pierde la movilidad de inversión y eversión del pie. La fijación quirúrgica debemos hacerla preferiblemente con tornillos.

 

El pie queda inmovilizado con una férula de yeso hasta la primera revisión. Una vez retirados los puntos se continúa con el pie inmovilizado y en descarga durante 4-6 semanas más. Una vez retirada la escayola se puede utilizar una ortesis de marcha (Walker) durante otras 6 semanas, hasta que el dolor al caminar desaparece y se comprueba la consolidación de la artrodesis.

 

Los resultados son buenos en la gran mayoría de los pacientes. El dolor y la función mejoran significativamente, aunque está limitada la deambulación por terrenos irregulares.

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