La obesidad está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la epidemia del siglo XXI. La obesidad se ha convertido en uno de los principales problemas sanitarios de los países industrializados. Las personas obesas fallecen entre 8 y 10 años antes que las que están en su peso. De hecho, por cada 15kg de más, aumenta un 30% el riesgo de muerte.
Algunas de las enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad son entre otras: las enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer, artrosis, diabetes o hipertensión.
Durante décadas los cirujanos han practicado diferentes cirugías para ayudar a las personas a perder peso. Este tipo de operaciones son muy efectivas, pero conllevan un alto riesgo de complicaciones asociadas a la cirugía abierta o laparoscópica, como las infecciones, cicatrices y hospitalizaciones prolongadas. Por ello habitualmente solo se prescriben en casos de obesidades extremas.
La constante investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías médicas en busca de tratamientos más seguros y eficaces hoy han hecho posible lo que hasta hace poco era impensable: realizar una cirugía de reducción de estómago por vía oral.
La reducción de estómago sin incisiones, denominada método POSE, es una técnica que representa la opción quirúrgica menos invasiva y más segura para tratar la obesidad. La intervención se realiza por vía endoscópica, sin incisiones, y consiste en realizar una serie de pliegues en zonas clave del estómago involucradas en la saciedad.
La reducción de estómago sin incisiones está especialmente indicada para pacientes con sobrepeso u obesidad con un Índice de Masa Corporal (IMC) comprendido entre 29 y 40, que han fracasado reiteradamente con las dietas. También está indicada en aquellos pacientes que han recuperado peso después de haber realizado un tratamiento mediante el balón intragástrico o que no deseen someterse a una cirugía mayor.
El objetivo es generar una sensación de saciedad más precoz y prolongada para que el paciente se sienta satisfecho ingiriendo una menor cantidad de alimentos.
La duración de la cirugía es de unos 50 minutos y se realiza bajo anestesia general. Como se trata de una intervención mínimamente invasiva, está considerada de bajo riesgo y el ingreso hospitalario* suele ser de tipo ambulatorio o de tan solo 24 horas. Como no hay incisiones ni heridas externas, el proceso de recuperación tras el método POSE es muy rápido y poco molesto.
*Hospital Concertado
Durante los días posteriores a la intervención, deberás seguir una dieta similar al régimen habitual que se prescribe tras una cirugía de la obesidad. Los pacientes suelen empezar con la pérdida de peso durante las 4 primeras semanas posteriores al procedimiento, que es cuando empiezan a sentir la sensación de plenitud. Para alcanzar unos resultados óptimos, la reducción de estómago sin incisiones debe ir siempre acompañada de un programa de reeducación de hábitos alimenticios y de estilo de vida. El éxito del tratamiento dependerá en gran medida del nivel de adhesión al seguimiento nutricional y psicológico.
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