El pie plano es el término utilizado para hablar de pies con pérdida del arco longitudinal interno (en términos generales). Hay varios tipos de clasificación, pero la clasificación clínica para la evaluación y el tratamiento divide a este tipo de pies en dos categorías generales: flexible y rígido.
Esta distinción depende la movilidad de las articulaciones y de la funcionalidad del tendón tibial posterior principalmente.
Puede deberse a muchas causas: alteraciones óseas, alteraciones capsulo-ligamentosas y/o alteraciones neuromusculares (como es la disfunción del tibial posterior).
Se ha asociado también a la diabetes, hipertensión y sobrepeso. Los signos más característicos son:
La disfunción del tendón tibial posterior (DTTP) es una inflamación y/o degeneración del tendón tibial posterior en el pie.
Una función importante del tendón tibial posterior es ayudar a darle soporte al arco del pie. Pero en la DTTP, la capacidad del tendón para cumplir esa tarea está alterada, resultando a menudo en un aplanamiento del pie.
La Disfunción del Tendón Tibial Posterior es llamada a menudo un «pie plano adquirido de adulto» porque es el tipo de pie plano más común que se desarrolla en la madurez.
Los síntomas del pie plano en adulto adquirido suelen ser dolor, hinchazón, aplanamiento y alteración de la marcha. Normalmente está asociado a una disfunción del tibial posterior, a medida que la enfermedad progresa, los síntomas se hacen más pronunciados.
Existen varios tratamientos iniciales para aliviar la sintomatología del pie plano adquirido como son las férulas de descarga y terapia antiinflamatoria, pero el objetivo más importante es corregir la alteración biomecánica con el uso de una ortesis plantar personalizada dando soporte al arco interno y apoyo mecánico al tendón, mejorando así la sintomatología.
En los casos en los que el pie plano en adulto adquirido ha avanzado sustancialmente o no ha mejorado la sintomatología con tratamiento conservador, es necesario recurrir a la cirugía. Para algunos casos avanzados, la cirugía es la única opción.
El tratamiento quirúrgico incluye la reparación del tendón, la realineación de los huesos del pie, o ambas.
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