¿Cuáles son las alteraciones más comunes en los pies de los niños?

Los pies son la base y sustento de la bipedestación. Desde edades tempranas, empezamos a apoyar sobre ellos todo el peso de nuestro cuerpo y es durante el desarrollo inicial cuando más cambios se van a realizar. Es necesario observar estos cambios por si se producen anomalías, ya que una detección precoz es fundamental para poder revertirlas y evitar problemas en la edad adulta.

Al nacer nuestro sistema óseo se encuentra en plena formación, poco a poco va desarrollándose hasta los 16 años aproximadamente, esto significa que nuestro cuerpo no deja de formar estructuras óseas y producir torsiones y desrotaciones hasta el fin de nuestro crecimiento.

Por ello, la posición de los pies, tibias, rodillas y cadera tienen una orientación diferente en un recién nacido, un preandante, un bebe que ha comenzado a andar, un niño de 4-5 años, un adolescente y un adulto.

Es importante a la hora de realizar un diagnóstico conocer los valores de normalidad según la edad del niño o niña.  Recomendamos siempre una primera revisión podológica a la edad de 4-5 años y realizar una revisión anual para ver la evolución del crecimiento.

Analizamos algunos de los problemas más comunes en podología infantil:

Pie plano infantil: el arco plantar interno tiene menos altura de lo normal, y va acompañado de un ensanchamiento del pie y una caída hacia la parte interna del mismo.

En realidad, todos los niños al nacer presentan unos pies con aspecto aplanado debido a la almohadilla grasa que protege las estructuras óseas, pero según van creciendo ese aplanamiento debe ir reduciéndose poco a poco hasta formar la bóveda plantar normal sobre los 10 años. El problema se presenta cuando esta bóveda plantar no llega a desarrollarse.

Es importante evaluar el grado de deformidad y poner un tratamiento adecuado lo antes posible, ya sea con plantillas personalizadas, calzadoterapia y/o estiramientos y ejercicios para potenciar la musculatura. Con ello se consigue disminuir la sintomatología y un funcionamiento correcto del pie.

Pie cavo: el arco plantar interno está aumentado. El apoyo se reparte entre el talón y el antepie (parte anterior del pie), puede presentar mayor inestabilidad por la parte externa, dependiendo de la laxitud del pie, del estado de la musculatura y la propiocepción del pie.

Alteraciones en la marcha:  Se pueden observar diversas alteraciones biomecánicas a la hora de caminar. Están determinadas por varios factores, como la anatomía ósea y el control de la musculatura. Las más comunes son:

  • Marcha en aducción: caminan con los pies hacia dentro, disminuyendo el ángulo que forman los pies en el suelo, pueden provocar caídas frecuentes o fatiga.
  • Marcha en abducción: caminan con los pies hacia fuera, aumentando el ángulo que forman los pies en suelo al caminar.
  • Marcha de puntillas: no apoyan el talón al caminar

En estos casos es importante valorar las rotaciones del miembro inferior, la movilidad articular y el estado de la musculatura. El tratamiento ira encaminado a modificar hábitos posturales, realizar ejercicios para tonificar y activar musculatura, soporte plantar personalizado o calzadoterapia.

Clinodactilia: deformidades en uno o varios dedos, normalmente son de tipo congénito. En edades tempranas se soluciona con una ortesis de silicona o vendajes para posicionar el dedo de manera correcta.

Papilomas plantares: infección vírica causada por un tipo de virus del papiloma humano, dependiendo de la localización tendrás diferentes aspectos. En zonas de apoyo como el talón aparecen con aspecto de heloma o dureza ya que crecen hacia dentro, en zonas de menor presión como en los dedos su aspecto es de verruga exuberante. En la mayor parte de los casos son dolorosos. Hay varios tratamientos para su eliminación.