Consejos para cuidar y tratar los labios

Consejos para cuidar y tratar los labios

La piel de los labios es una capa extremadamente fina que recubre la mucosa, hasta cinco veces más delgada que el resto de la piel del rostro. Su color sonrosado se debe a los vasos sanguíneos que los recorren, transparentándose éstos debido a su pequeño espesor.

No existen melanocitos formadores de melanina, por lo que los labios están desprotegidos ante el sol. Tampoco poseen glándulas sudoríparas ni sebáceas, lo que los deja sin el manto hidrolipídico que impide la deshidratación. Así, no es de extrañar que los cambios de temperatura y la exposición al sol alteren la turgencia de los mismos.

Con el paso de los años, se produce una resorción ósea y se relajan las estructuras ligamentarias que sujetan las partes blandas. Además, estos tejidos blandos soportan cambios histológicos; las células más superficiales (células epiteliales) aumentan su tamaño, disminuye el agua entre las mismas y se ve reducida su distensibilidad. Con los años, los labios se vuelven menos elásticos y más secos. Aquí cobra especial importancia la elastosis producida por la exposición al sol sin la protección adecuada.

El grosor del labio también disminuye por atrofia del músculo orbicular; junto con la pérdida de la grasa subcutánea hacen que el volumen disminuya, se aplane el labio y se pierda definición de las curvaturas. En los jóvenes el arco de Cupido y la línea del perfil cutáneo-mucoso son convexos; sin embargo, el filtro es cóncavo.

Cuando han aparecido los primeros signos de envejecimiento de los labios, es el momento de acudir a tratamientos médicos específicos para esa zona.
Rejuvenecer un labio debe estar más enfocado no tanto a «rellenar» como a realzar los contornos y curvas perdidas así como aportar viscoelasticidad a su superficie.

Tratamientos de medicina estética para corregir los signos de envejecimiento en los labios

Aumentar el atractivo de los labios aportando un ligero volumen a la zona roja o bermellón es sencillo con la infiltración de ácido hialurónico. En labios finos con un borde muy plano, el hialurónico se coloca mediante una técnica retrotrazante, como una fina línea en el espacio virtual que hay entre la zona roja del labio o bermellón y el labio blanco. El objetivo es conseguir una ligera inclinación hacia arriba del labio superior, que corrige el aplanamiento y a su vez otorgar consistencia al tejido para evitar la aparición de arrugas peribucales. En la misma aplicación, se puede resaltar el arco de Cupido.

Los diferentes grados de reticulación y viscosidad del ácido hialurónico permite tratar distintos aspectos del envejecimiento del labio, adaptándose a cada necesidad y gusto estético.

Por otro lado, la utilización de láseres fraccionales, peeling químicos y estimulación con plasma autónomo completan la batería de tratamientos que aportan juventud a la piel sin alterar la fisonomía del paciente.

 

Dra. Cristina de las Heras

Unidad de Medicina Estética